viernes, 9 de abril de 2010

Rembrandt

En 1625, abrió taller en Leiden junto con Jan Lievens. Durante los años de Leiden, el arte de Rembrandt evolucionó desde unos inicios de colores brillantes y gestos grandilocuentes hacia una técnica al claroscuro. El empleo que hizo el artista de esta tecnica del Barroco es lo que le da a su obra una fuerza y una personalidad indiscutibles. Por los años de 1630, el claroscuro se convierte en el más poderoso medio de expresión del pintor, tal como evidencian obras como Sansón traicionado por Dalila y La presentación de Jesús en el templo.

A la muerte de su padre, se muda a Amsterdam, donde se asoció con el marchante Hendrick van Uylenburgh, con cuya hija, Saskia, se casó. Prosperando así económica de vida mundana y ordinaria, que termino en 1642, año en que muere su esposa. Por motivos económicos, que en 1656 se vio obligado a subastar todas sus pertenencias (casa, colecciones de arte, etc.). Conto con la ayuda de Hendrickje Stoffels, que se encargo de su hijo Tito y con quien mantuvo una relación sentimental, sin llegar a casarse con ella para no perder la herencia de Saskia.

Rembrandt refleja en sus obras los momentos dos momentos de su vida la prospera y la adversa, reflejados en sus autorretratos, constantes a lo largo de toda su trayectoria; tendiendo así muestra de cuadros alegres, brillantes y un tanto superficiales, como otros sombríos, serenos, y reflejan una profundidad muy superior, a final de sus últimos años. Sin dejar de lado el estilo religioso que también brilló su talento de maestro del Barroco.

Otra característica son sus magníficos retratos de grupo, alejados de los convencionalismos al uso. La composición, la caracterización de los personajes, el estudio de los ademanes, la agudeza de los rostros, son las características de sus obras que las llenan de vida. En las creaciones de los últimos años (El hombre del yelmo de oro, Jacob bendice a los hijos de José o La novia judía), Rembrandt alcanza un nivel de madurez, del estilo conseguido a base de años y de esfuerzo, y manifiesta un absoluto dominio de las técnicas y de los efectos.

Rembrandt fue también un gran dibujante y un grabador genial, dejando unos 1.500 dibujos y casi 400 grabados. Tanto los dibujos como los aguafuertes son obras absolutamente barrocas, dominadas por la acción, el dramatismo y un realismo derivado de la observación del mundo circundante muy característico del arte de Flandes y de los Países Bajos. En todo ello se asemejan a las pinturas del artista, de las cuales se diferencian en la mayor importancia que en dibujos y grabados tiene la línea sobre el claroscuro.

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